La pandemia sanitaria originada por el virus COVID-19 desde comienzos del pasado mes de marzo ha sumido a España, al igual que a otros muchos países del mundo, en una profunda y delicada crisis. El sistema sanitario lleva semanas trabajando a un ritmo frenético; uno de los motores económicos nacionales, el turismo, está totalmente aletargado y el sector industrial trabaja a un porcentaje muchísimo menor de su capacidad. Todo esto, obviamente está teniendo consecuencias negativas directas como por ejemplo la pérdida de miles de puestos de trabajo.
Es evidente, que ante dicha situación, el Gobierno de España lleva ya algunas semanas trabajando de manera intensa para formar el paquete de medidas que se lanzarán con la finalidad de reactivar la economía doméstica. La senda de la recuperación, pasa por ahí. El sector de las energías renovables, y la fotovoltaica en concreto, gozaban de muy buena salud justo antes del estallido de la crisis sanitaria, por lo que se postula como uno de los principales motores de reactivación económica.
El 2019 fue un año dorado para la solar fotovoltaica española, ya que se logró alcanzar el récord histórico de potencia nueva conectada a la red: más de 4.000 MW. La reactivación de las grandes instalaciones en suelo y el auge del autoconsumo solar fotovoltaico (tanto industrial como doméstico), incitado por el marco favorable a raíz de la aprobación del R.D. 244/2019, hicieron posible que los brotes verdes volvieran a crecer en un sector que llevaba años en pausa. En 2020, todo parecía indicar que el sector mantendría, o incluso aumentaría, la velocidad de crucero adquirida. La aparición del COVID-19 durante el primer trimestre del año 2020 mantiene las previsiones más optimistas en vilo.
Desde Unef (Unión Española Fotovoltaica), el máximo representante del sector fotovoltaico español, son totalmente conscientes de la gran importancia que tiene el sector a día de hoy, llegando a aportar más de 5.000 millones de euros al PIB. Por lo tanto, desde la organización están plenamente convencidos de lo mucho que puede aportar la fotovoltaica al desarrollo económico del país a la hora de iniciar la recuperación una vez dejada atrás la crisis del COVID-19.
La organización se ha encargado de confeccionar un completo informe en el que presentan 11 medidas que, en caso de llevarse a cabo, ayudarían a reactivar el estratégico sector para contribuir a la recuperación económica de España. Esta batería de soluciones se trasladarán al Gobierno de España, concretamente al área competente, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La Presidenta de UNEF, Arancha Martínez, ensalza la fotovoltaica afirmando que “debe tener un rol protagonista en la recuperación, no solo por los beneficios que aporta al sector eléctrico, al ser renovable, competitiva y fácil de implementar, sino por su aportación al conjunto de la economía y la sociedad”.
Desde Promoval Electric confiamos plenamente en que la solar fotovoltaica tendrá un papel estratégico, ya no solo en España, sino en toda la Unión Europea en conjunto. Los países continuarán liberando el peso que los combustibles fósiles tienen dentro de sus mix de energía a la vez que generan muchos puestos de trabajo y riqueza. Las renovables y la fotovoltaica van a convertirse en toda una ventaja competitiva para todos aquellos países que apuesten decididamente por ellas.
El informe de UNEF puede consultarse AQUÍ.